Llevo toda mi vida haciendo cosas creativas así que si algo puedo ver son patrones que se han ido repitiendo y que me han llevado una y otra vez a bloquearme. No siempre ocurre por la misma causa, depende mucho de mis circunstancias internas y externas.

Tal y como lo veo yo, el bloqueo creativo aparece como una señal de que algo no va bien. Solemos ver el bloqueo creativo como algo “malo”, algo que temer y algo que intentamos transitar lo más rápido posible. Entrar en un bloqueo creativo es un proceso e igualmente salir de él o disolverlo también es un proceso. Qué quiero decir con esto? Que no es algo que ocurra de la noche a la mañana, haciendo una determinada acción o teniendo una actitud en concreto. Es mucho más complejo que todo esto.

Me gusta pensar en el bloqueo creativo como una forma de autoprotección y autoayuda. Pienso que nos impide avanzar porque no estamos en las condiciones adecuadas para hacerlo, y de continuar avanzando nos haría daño de una u otra manera. Para que se entienda pongamos un ejemplo. Todos tenemos un cuadro de automático de electricidad de la casa. Cuando algo no va bien, saltan los interruptores, y lo hacen no por querer fastidiarte esa peli que estabas a medio ver, o porque no quiera que termines ese plato que estás cocinando, no, saltan y te dejan sin electricidad para salvarte de un posible daño del que tú no eres consciente. Hace que la casa se quede sin electricidad para protegerte. Lo mismo hace el bloqueo creativo.

Así que y si en vez de verlo como un enemigo comenzamos a verlo como un aliado? Y si en vez de querer que no esté o que termine, nos enfocamos en escucharlo y atenderlo? Luchar contra él es un error, porque al final solo estamos luchando contra nosotros mismos y, os cuento un secreto, luchar contra nosotros mismos nunca acaba bien.

Está claro que a ninguno nos gusta sentir un bloqueo creativo. Con él ocurre como con algunas emociones que no nos han enseñado a gestionar o que no están bien vistas en sociedad como la tristeza o la rabia. Nos resulta muy incómodo sentirlo, no sabemos qué hacer con él, no sabemos cómo gestionarlo, así que no hacemos nada con él. Intentamos hacer como que no existe. Ingenuas pensamos que con fuerza de voluntad y actitud podremos seguir avanzando pese al bloqueo y que ya se quitará solo. No lo escuchamos y al final ocurre como con el llanto de un bebé, que conforme pasa el tiempo y no es atendido, llora de forma más desconsolada e intensa. El bloqueo acaba saliendo de nuevo a la superficie pese a nuestros numerosos esfuerzos por mantenerlo oculto, y está vez, grita más fuerte para que le escuchemos. Y así ocurre sucesivamente hasta que finalmente nos rendimos y comenzamos a atenderlo.

En mi caso, tras atenderlo durante todos estos años he podido ver que lo que me lleva a bloquearme es:

• Cansancio acumulado en el tiempo (físico, emocional y/o mental).
• Falta de alimento creativo. He dedicado mucho tiempo a crear, pero no he nutrido mi creatividad haciendo cosas que me me inspiran.
• Demasiada exigencia y presión sobre mi creatividad.
• No dar espacio a mi espontaneidad. Ser muy rígida intentando controlar todo en mi proceso creativo. Enfoque en los detalles y en que sea “perfecto”.
• Expectativas demasiado altas sobre mis creaciones, mi forma de crear o mis habilidades creativas.
• Mi manera de crear necesita un ajuste o un cambio.
• Necesidad no atendida de explorar algo nuevo y/o de jugar.
• Baja autoestima, miedos e inseguridades. Creer que no soy suficiente y que mis creaciones tampoco lo son.

 

Cómo reconozco que estoy comenzando a entrar en un bloqueo creativo

Hay muchas señales. Algunas son más sutiles que otras y no me doy cuenta de ellas hasta que ya estoy dentro del bloqueo. Como he dicho antes, el bloqueo creativo es un proceso que se gesta con tiempo, pero la mayoría de veces no lo vemos hasta que lo tenemos encima.

Aquí dejo una lista de “síntomas” que he observado que me van mostrando que hay un bloqueo:

• Desmotivación para crear.
• Procrastinación.
• Miedos y mucha inseguridad en mi misma.
• Falta de energía.
• Irritabilidad.
• Tristeza y apatía.
• Pereza.
• Falta de foco y concentración.
• Cualquier cosa me parece más prioritaria que ponerme a hacer algo creativo.
• Tiendo a fijarme más en el trabajo de artistas a los que admiro e inconscientemente me comparo.
• Pasar más tiempo en redes sociales.
• Crisis creativa: dudo sobre mis habilidades artísticas, sobre mi estilo, comienzo a reflexionar sobre si lo que estoy haciendo es lo que realmente quiero hacer…

 

Qué podemos hacer para ayudarnos a disolver el bloqueo

• Priorizar nuestro descanso. Hacer todo lo que esté en nuestra mano para dormir bien. Dormir siesta si es posible. Tener pequeños momentos durante el día en los que poder sentarnos o tumbarnos y no hacer nada.
• Dejar de crear mediante el medio que normalmente utilizamos, en mi caso: la fotografía, la escritura y la ilustración.
• Dedicarnos tiempo para nosotras mismas. Darnos un extra de cuidados y mimos.
• Movernos y salir a pasear.
• Permitirnos tener espacios para la autoreflexión.
• En la medida de lo posible conectar con la naturaleza.
• Reservar pequeños momentos durante el día que nos hagan desconectar y disfrutar.
• Escribir nuestros pensamientos y lo que sentimos.
• Crear mediante medios que no son habituales para nosotras, por ejemplo hacer una nueva receta, escribir, hacer figuras con arcilla, tejer…
• Alimentar nuestra creatividad con aquellas cosas que nos inspiran (que no tengan que ver con el medio mediante el cual creamos habitualmente).
• Dar rienda suelta a nuestra niña interior para que juegue y disfrute.
• Salir de nuestra zona de confort y probar diferentes materiales o técnicas.
• Evitar pasar demasiado tiempo en redes sociales.
• Si sabemos cuáles son los artistas a los que admiramos y con los que nos comparamos, lo que podemos hacer es restringir su contenido para que no nos aparezca mientras nos dure el bloqueo.

En resumen, necesitamos parar y tomar distancia. El bloqueo creativo es como un muro, y si estamos empeñadas en avanzar sólo veremos el muro. En cambio, si nos damos espacio y nos alejamos, además de ver el muro, también veremos lo que lo ha hecho crecer y lo que nos quiere mostrar, y podremos trabajar en ello para disolverlo.

Al menos yo, cuando hago todas estas cosas de manera continuada, suele llegar antes o después un momento en el que la situación comienza a darse la vuelta. Me hago consciente de para qué había surgido este bloqueo. Lentamente empiezo a sentirme con más energía, inspirada y motivada para volver a crear. Éste es un momento crítico. Estoy empezado a recuperarme y puedo comenzar a crear de nuevo, pero si comienzo a entrar en la rueda de presión, perfeccionismo, inseguridades, comparación, etc, rápidamente el bloqueo creativo se hará de nuevo presente.

 

Pasos firmes y seguros

Llega el momento de volver a crear mediante nuestro medio habitual. En este punto hay que tomárselo con calma, por muchas ganas que tengamos de crear, y comenzar a crear poco a poco.

• Lo primero es conectar con nuestro medio sin expectativas, sólo por el mero hecho de sentir y explorar. Para poner un ejemplo me centraré en uno de mis medios: la fotografía. Comienzo a fotografiar cosas aleatorias, sin sentido entre sí y sin darle demasiada importancia a la forma y apariencia. Aquí es importante no forzarnos a generar grandes ideas, si surgen bien y si no también. Ahora no es el momento de las ideas, si no el momento de la exploración, la conexión y el disfrute. No haces esto para nadie más que para ti misma. Nadie tiene que ver lo que estás haciendo. Siéntete libre de hacerlo sin juicios, sin miedos. La única finalidad de todo esto es reconectar. Hazlo el tiempo que necesites. Quizás sean horas, quizás días, quizás semanas e incluso quizás meses. Sea como sea está bien. Confía en ti y en tu proceso, y sobre todo, no lo juzgues.
• Llegará un momento, o a mí al menos es lo que me pasa, que al conectar comenzaremos a tener más ganas de crear. Quizás en este punto ya surjan ideas propias o quizás aún no. Sea como sea, en este punto lo importante es seguir dándonos ayuda para terminar de recuperarnos. Seguro que has escuchado que las ideas generan más ideas, y es que se produce un efecto dominó. Una idea lleva a otra, y a otra, y a otra. Una vez que comenzamos a movernos en el mundo de las ideas, éstas aparecen solas. Hay muchas maneras de ponernos en movimiento en este mundo, una de ellas es hacer un lluvia de ideas: durante un día apunta cosas que te llamen la atención, colores, formas, sensaciones, sentimientos, si aparece alguna idea sobre cualquier cosa también apúntala. Al final del día tendrás una lista interesante de conceptos. Ahora une algunos de ellos en parejas. Fíjate en los que más te llamen la atención. Desarrolla una idea a partir de cada pareja que hayas escogido. Algo simple, y de nuevo recuerda, sin expectativas ni juicios. Lo importante no es la técnica ni el resultado sino la exploración y el desarrollo.
• Al hacer el punto anterior durante algún tiempo, la inercia de ese movimiento nos impulsará a generar ideas propias, y estaremos en lo que se llama estado de flow o inspiración. Y es en ese momento tan energético y con tanta fuerza en el que podremos empezar a poner más atención a la técnica y la forma pero recordando hacerlo sin presiones, ni juicios.
• Llegados a este momento, vuelve a ser sano para nosotras quitar la restricción de los artistas a los que admiramos. Podremos disfrutar e inspirarnos de sus creaciones en vez de compararnos.
• Y ahora es importante recordar el aprendizaje que nos ha dejado este bloqueo y tratar de ponerlo en práctica. No evitará que en un futuro volvamos a sufrir otro bloqueo creativo, pero seguramente no será por la misma causa o, al menos, no con tanta intensidad. 

Esto es todo lo que creo que puedo decir por ahora sobre el bloqueo creativo. Espero que te haya gustado y te haya podido ayudar algo de lo que he compartido contigo.

 

Un abrazo,

Jessica.